La menstruación es una función normal del cuerpo y un signo de salud reproductiva. Pocas soluciones están disponibles para controlar la menstruación; además, la ignorancia, los prejuicios, los costos y los temores de seguridad pueden impedir que las niñas y mujeres puedan probar toda la gama de productos disponibles. La falta de productos menstruales asequibles y eficaces pueden dar lugar a fugas y rozaduras en niñas y mujeres que menstrúan y puede afectar su salud. Se ha demostrado que el uso de materiales de mala calidad predispone a las mujeres a un mayor riesgo de infecciones urogenitales, incluidas las vaginosis bacterianas.
En algunas situaciones, principalmente investigadas en países de ingresos bajos y medios, la menstruación puede afectar la escolarización de las niñas, el día a día de las mujeres y niñas, además de hacerlas un blanco de violencia y/o coerción sexual. Además, la falta de agua, saneamiento e higiene, educación inadecuada y malas instalaciones de eliminación de residuos, plantean problemas de salud pública, particularmente entre las escolares, en estos mismos países.
La copa menstrual se inserta en la vagina y la sangre es recolectada en la misma, puede contener entre 10 y 38 ml de sangre. La copa menstrual debe vaciarse cada 4-12 h, según flujo menstrual y tipo de copa. Hay dos tipos de copa disponibles, una copa vaginal, que es generalmente tiene forma de campana y se coloca en la vagina, y una copa cervical, que, como un diafragma para la anticoncepción y se coloca alrededor del cuello uterino en la parte alta de la vagina.
Las copas están hechas de silicona de grado médico, caucho, látex o elastómero y puede durar hasta 10 años; también existen copas menstruales desechables de un solo uso.