Al momento, las investigaciones se han centrado en los ámbitos de salud, sociales, educativos, ocupacionales y comunitarios, pero menos en los resultados psicosexuales, y a menudo con pocos participantes (predominantemente hombres). El funcionamiento psicosexual se refiere a los aspectos mentales, emocionales y conductuales del desarrollo sexual y se reconoce que es importante para el estado de salud general y la calidad de vida de las personas. Además de un enfoque reducido en la investigación sobre este tema, desde una perspectiva clínica, el área del funcionamiento psicosocial a menudo se pasa por alto o se discute sólo mínimamente, perdiendo una oportunidad importante para brindar psicoeducación y potencialmente ayudar a reducir el riesgo en estas pacientes.
A inicios de este año, impulsada en Reino Unido, se realizó una encuesta en línea distribuida electrónicamente por organizaciones de apoyo al TDAH y redes sociales a personas con y sin TDAH.
El grupo con TDAH (tanto hombres como mujeres) tenía una preferencia significativamente mayor por parejas del mismo sexo o de ambos sexos; y mayores tasas de intercambios sexuales electrónicos, masturbación y enfermedades de transmisión sexual. Eran más aventureros en intereses y prácticas sexuales y sustancialmente menos satisfechos con sus parejas, tanto sexualmente como en general. Dentro del grupo con TDAH, surgieron diferencias de sexo significativas: las mujeres iniciaban sus actividades sexuales más jóvenes, usaban anticonceptivos con menos frecuencia, tenían más parejas sexuales y practicaban más infidelidad o mantenían vínculos no monógamos. Los intereses sexuales diferían entre los sexos, pero las mujeres comúnmente actuaban en consecuencia, mientras que los hombres no.
Los hallazgos sugieren que ambos sexos participan en conductas sexuales de riesgo, quizás impulsadas por la impulsividad. Sin embargo, el riesgo es sustancialmente mayor para las mujeres con TDAH. Por lo tanto, estos hallazgos subrayan la necesidad de un mayor reconocimiento y apoyo para las mujeres que presentan clínicamente síntomas de TDAH. Utilizando un modelo de reducción de daños, la evaluación e intervención tempranas de los síntomas del TDAH pueden atenuar los riesgos observados asociados con el control de los impulsos y la psicosexualidad. Los factores protectores, como el sistema educativo, también pueden desempeñar un papel importante mediante la detección psicométrica periódica de los síntomas del TDAH en la población joven. Como ocurre con todos los programas de reconocimiento temprano, el proceso que sigue debe permitir evaluaciones psicológicas accesibles y un tratamiento receptivo por parte de profesionales de la salud calificados. El desarrollo de un programa interdisciplinario de reducción de daños también puede beneficiar a las jóvenes con síntomas de TDAH a través de intervenciones escalonadas y apoyo psicosocial de pares. Es indispensable en un entorno clínico involucrar a las pacientes en un diálogo continuo, incluyendo la sexualidad y la actividad sexual de manera abierta para ayudar a reducir las prácticas de riesgo para la salud en estas pacientes.